PARTE I

REUNION DE POEMAS

domingo, 12 de febrero de 2012

CELEBRACIÓN A CHACHO MARTINEZ


CHACHO DE LOS MUCHACHOS


Son 10 años, el tiempo transcurrió imperceptible, sin detenerse. Qué maravilloso sería detener el tiempo.
Detener el preciso instante que sonó el teléfono y al otro lado tu voz, esa voz grave que hacía tu poesía más hermosa aún: “Rafo, vente a vivir aquí, estoy en San Borja…, cerca de tu trabajo, vamos, ven a vivir aquí; los libros y las poesía nos esperan”. Fue la última invitación, el teléfono no volvió a sonar más, tu voz se apagó. Era diciembre. Diciembre mes que la soledad hace presa a muchos y la nostalgia invade, como invade ahora recordar tanto tiempo.
Tu cuerpo transitando las calles de Chosica, los pasadizos de La Cantuta; pero sobretodo, recuerdo aquel día que sentado en la mesa de un bar nos dimos un abrazo; frente a nosotros descendía el río, mientras ascendíamos al paraíso fosforescente de tu poesía.
Chacho Martínez, quien años antes había organizado un  inolvidable y concurrido encuentro de poetas y narradores en el Peruano-soviético, hoy estaba a lado de nosotros, cerramos fila, el poeta no se iría más, entonces se oyó el canto de tus versos: “Celebración a Sara Botticelli”, soberbio libro que leí admirado como cuando llegó a mí la  “Botella de mar para  Iskra Oyague”. Y entonces, como ese río que descendía, fluyó  “Cinco razones puras para comprometerse con la huelga”, no había más que decir, solo escucharte leer en esa hermosa noche que el bar abrió sus puertas para tu eterna poesía y las cervezas tenían el color azul de tus versos.
Y así como esa noche hubo tantas otras, la fuerza de tu voz se extendía nítida y sentida   entre las calles y los cerros, los huaynos eran el clamor del corazón y el olvido, nuestros cuerpos solo sombras de fantasmas, resplandeciendo.
“En Chosica los cerros se mueven después de las 5 de la tarde” dijiste alguna vez  señalando la faldas de los cerros, “míralos pasar”, es verdad, los cerros transitan como trenes a las 5 de la tarde.
El sol se encendía en San Fernando, barrio en el que vivías,  también de una forma diferente, ingresaba por la ventana de tu casa para iluminar tus libros tendidos sobre tu cama, ahí resplandecían Malcom Lowry , Tristan Tzara, Artaud, Celine, Luis Hernández, Vallejo, Moro,  Eielson,  tantos más, tus poemas inéditos y la novela que escribías, en ese tiempo, novela que leí en tu vieja pc, novela que un grupo de gente “innombrable” te robó.
Ese solo  que brillaba sobre San Fernando, pudo ser el “Sol de ciegos”  que nombrabas, cuando en el recuerdo fluía tu amigo entrañable Juan Ojeda, sí el de “Elogios de los navegantes”, admirable poeta, que compartió hazañas de poesía y bohemia, que contabas con alegría,  tus ojos tenían otro resplandor, como cuando relatabas el encuentro con Martín Adán, célebre crónica que recibí de tus manos, inédita.
Ese resplandor en tus ojos, se hacían más intensos aun cuando  hablabas de Manuel Agustín, hijo  que veías crecer, y te sorprendían sus palabras y sus juegos.
Luego, presentamos un libro tuyo “El sordo cantar de Lima” en la Feria del libro en Miraflores, allí tus amigos se congregaron una vez más para celebrarte, para celebrar ese juego de palabras que construías infatigablemente.
Las palabras eran un juego que armabas como un niño, y es que tal vez eso eras: un niño con un peinado hecho a prueba de cualquier viento, y el maletín de cuero marrón con motivos peruanos colgado de tus hombros, ibas todas las mañanas a trabajar como un niño va a la escuela, tejiendo en tu huso fabricado de palabras, entonces Mónica, la secretaria de tu oficina,  pasó a ser “Mómica”, los óvalos de las avenidas eran “óvulos”, hoy desearía recordar todas las palabras que te escuché, pero perdóname querido Chacho, la memoria es frágil  y nos traiciona.
Es así, como te convertiste en “Chacho de los muchachos”, nos acompañaste en los recitales y te decías un miembro más de Estación 32, grupo que creamos en La Cantuta a principios de los 90, cuando las balas y las bombas estallaban a nuestros pasos, época que también te aniquiló, pero no hablemos de eso, ahora, porque quiebran los sueños, sueños que ahora deseo me transporten a ese viejo tiempo de palabras a ese viejo río que cruza Chosica con su extraño estruendo oscuro.
No vale, querido  Chacho, remontar al tiempo los momentos no gratos, aquí está el fluir de tu poesía que inunda nuestro corazón como ese viejo tiempo que se perdió, hace 10 años, tus pasos no transitan, tu corazón no late ni tu voz se expande entre los cerros, en el cañón de  Cotahuasi, que decías el más profundo del mundo, como profundo era tu corazón que entregabas, el más profundo del mundo, tu corazón.
El cielo hoy no tiene el color que viste en Canta ni la niebla sobre las calles serán las mismas ni ese río milenario que se abre a nuestros ojos, nada es igual, querido Chacho.
Perdona, aquel diciembre que no pude responder a tu llamado, no sabes cuánto siento no haber podido responder a tiempo,   aquella cita con los libros y la poesía que prometí sería para febrero, mes que no alcancé porque ya no esperarías. Perdona, querido Chacho, por no comprender tu soledad, porque no pude serte compañía, y estoy seguro, que era todo lo que buscabas, finalmente.
 RAFAEL  HIDALGO

domingo, 23 de enero de 2011


MEMORIA DE TU VOZ

Oigo tu voz que viene desde el mar
 distante y dolorosa atraviesa el malecón
 y el amarillo de tu cielo cae en el atardecer
 como ave en el paraíso desmoronado
 así tu voz desgajó mi cuerpo
 desnudo y callado estalló el vacío
 ante tus ojos que son un mar profundo
 que ahora viene con el eco de tu voz
 que cala el corazón, que cerca el camino
 de tu piel transparente,
 de mi piel huérfana de ti
 sobre el pavimento de las calles
 a ciegas y sin refugio
 ni el olor de la flor blanca que se abrió
 en tus manos, tus manos extendidas
 como líneas amarillas en el asfalto
 que tus pasos transitaron
 desorientados, dibujando los míos
 como quien ciego a la luz
 sigue el golpe de sus latidos,
 latidos que nos llevan por medio
 de la calle, calle que se abre
 como un río dorado en tus cabellos,
 cabellos que son un río dorado
 bajo el cielo velado de Lima.
 Así, solitarios transitamos
 sin que nos aniquile la incertidumbre
 y el temor de verte partir,
 lejana y sola.
 como ahora que atraviesas
por esas mismas calles:
tu cuerpo transparente
de Luna.
Luna que prendí
( y perdí)
en mi cuerpo,
 cuerpo aniquilado,
 desértico y sin paraíso.

RAFAEL HIDALGO




Ejercicio de la noche

Porque eres la noche oscura
que me cierra el camino
aquel que no atreví a cruzar,
alguna vez,
porque ahora eres el insomnio
que me tiene aquí
despierto a tus ojos,
aquellos que no pude ver.

Hoy solitario de ti,
en esta noche
que no eres tú, precisamente
aunque podrías …
extraño tu cuerpo
que mi corazón tomó
en sus manos.

Hoy en medio de la noche
mi cuerpo es un corazón
cerrado y muerto.
Y la noche más oscura aún
fragmentó el cielo,
rasgó mi piel,
mi piel que envuelta en ti
habitó ese preciso cielo
que se abrió tantas veces
en tus manos;
hoy, ajeno al calor de tu
cuerpo, en medio de esta noche
en la que no estás,
y yo, ausente de ti,
no pude atravesar la frontera,
ese hito imaginario que nos separa
y que pende frágil
como la vida y la muerte.

Así hoy me hallo,
pero no te hallo,
porque eres la noche oscura
y no precisamente
aquella que me cierra
el paso.
Porque en verdad, no eres
esa noche, sino el sueño
que en esa noche,
habita como un animal varado
en el desierto de tu nombre.
 RAFAEL HIDALGO














En la otra margen

Alejado de ti
a la otra orilla de tus ojos
ojos que no me quisieron ver más,
sino en la otra margen,
oscura imagen del olvido.
Desde aquí, no hay horizonte claro
ni sueño,
sueño que un  día fue abrazado
por nuestras manos
como quien acariciaba el paraíso
y las aves que alguna vez contemplé
en su vuelo alucinado,
concebían tu nombre.
Nombre que hoy me asalta
en la noche insomne
donde no hay más señal de ti,
señal que amé en el horizonte
de tu cuerpo.
Hoy, en la otra margen
que formé
a la orilla de tus ojos
que no me ven más,

tus ojos de aurora en medio
del fuego de su aura,
del fuego de tus palabras,


que dicen ahora, que nada existió,
palabras  que así de pronto
borraron el cielo,
palabras que  desaparecieron el mar,
el mar que alguna vez vimos perderse
en unas islas lejanas
islas  que alguna vez logramos alcanzar
en el verano.
Hoy  la oscuridad
de  la noche,
irrumpe mi cuerpo
ausente de ti,
desamparado e inerte de ti,
y entonces solo,
en medio de aquello
que ahora no es nada,
sobrevive

mísero, vacío,
callado,roto,
el vago recuerdo

de lo inexistente.
Rafael Hidalgo











EL ORGANILLERO
Al fondo,  un organillero inclinado  sobre la pesada caja de su tristeza,
detuvo el ritmo apacible de su melodía
y la soledad es la única música que ahora  desprende.
La tarde sobre él es una afligida sombra que lo detiene
en la pared blanca de su sueño.
Sus  largas manos dejaron de sonar mansamente
apoyadas en su caja de gris  esperanza,
apenas su rostro efímero  bajo un sombrero
hace sobria la melancolía y las lágrimas.
La calle solitaria como única compañía,
El organillero  detuvo sus pasos
en la blanca pared de tu cuarto
entonces, solo tus ojos de implacable ternura
pudieron en verdad detenerlo
y su música invisible empezó
su  más hermoso canto.
Rafael hidalgo

 

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Querido Rafael: que bueno que se juntaron y gracias a ti por tu concurso en la realizacion de este reencuentro, creo que eres el que mas empuja al grupo ahora, y en verdad como le dije a Kike hace ya un tiempo ustedes tienen una deuda con La Cantuta y con la juventud de ese tiempo , ustedes representaban ese fenomeno que venia acurriendo en la sociedad de Lima , representaban esa inconformidad y a los conflictos internos de los jovenes de ese tiempo ,y tambien representaban el sentir sentimental de muchos de nosotros, habia mucha confusion en un tiempo tan violento... a decir verdad extremadamente violento pero uno no se da cuenta de eso hasta que experimentas una vida diferente....a pesar de todo eso nunca dejaron de VIVIR con intensidad....los quiero un monton y ojala ya se animen a publicar, yo me pico cuando escucho tanto reconocimiento a Miguel Ildefonso , y digo Donde estan ustedes????? en verdad merecen se les reconosca, no se si leiste Historia personal de Miguel Ildefonso ahi habla de ustedes . Me siento muy orgulosa de ustedes y nadaron en tiempos de tormenta para venir a morir a la orilla..... pues no creo animo y buena suerte.....

jueves, 12 de agosto de 2010

ALGUNOS POEMAS Y APUNTES


ALGUNOS POEMAS Y APUNTES

PERFORMANCE

No tengo corazón y he resucitado


mis ojos te ven, mis ojos te clavan ¡Oh cuerpo!


mis manos son largos paraísos donde no hay dioses,


ni edad, ni Sol demasiado lejos que corrompa nuestras entrañas;


ángeles perversos e imbéciles, no he muerto, no moriré


porque soy lo que niegas, lo que no quisiste ver, lo que no eres


y he regresado para saciar mi sed y devorar tu cuerpo


allá lejos entre las montañas sin oír tu voz, sin un grito espantado.


Te he contemplado y no eres más que una gran tristeza


rondando estas tierras, este único y solitario suelo


arrojándonos, partiéndonos desde el instante en que llegaste


a esta parte del horizonte o a este lado de mi cuerpo


que no te pertenece, que no te perteneció.


Inicio la batalla, te he derrotado y te doy muerte


ningún sueño pudo revelarte el día


ningún aire espeso anunció el final


ni este asalto implacable a tu rostro


nada pudo más penetrarte que este fuego salvaje


o este golpe seco en tu mirada donde nunca nos reconocimos.


Extraños animales de presa hemos caído sin olernos


sin saber de nosotros, sin tatuar nuestros pechos


o nuestros lomos, ninguna señal que nos uniera


sino esta infinita e inclemente sombra estallándonos.


CERTEZA


Como aquel que aguarda en el interior


alejado sencillamente de las palabras que inútilmente


sobrevuelan


un aire asfixiado y monótono imperecederamente


se desliza a puntillas e intenta


coger su cuerpo o parte de él que fijamente yace


como una tristísima roca


y no hay oleaje que lo golpee o fuego que lo consuma


ni menos tiempo que lo deteriore.


Y es así como permanece estático y nocturno


como una sombra hendida en el lomo abandonado


de algo que pudo ser distinto pero no sobrevivió


a sus huellas, al canto propicio de los pájaros;


pero esto no es nada más que lo aparente,


lo que erráticamente se cree al verlo


entre las sombras o bajo la luz inédita


de las mañanas que asaltan sus párpados cerrados


sus párpados abrasados por el verano


tienen intacta la belleza de los que imperturbablemente


habitan el silencio y poseen la angustia como quien


posee la certeza de vivir,


sin parecerlo.




MUERTE


Cuando un árbol se inclina adormecido


sobre un muro que se yergue antiguo y cansado


entre las luces difusas de la noche,


La memoria corre y desaparece al filo próximo


o se expande en la brea muerta de las calles inconexas


donde se percibe el destino natural de los que irrumpieron


la realidad o sólo oyen pavorosamente


el ruido nítido y salvaje de las ratas al perderse en las alcantarillas


de una ciudad que no es mía o entre las sombras


de un último peso transparente o caótico


como un puerto ardiendo entre las aguas


de un fétido resplandor donde sólo caen los que no cruzaron


los que no se atrevieron a ver los fantasmas del abandono,


los restos de un tiempo inferior zarpando


o acaso fluyendo sobre todas las cosas posibles


como un ejército maldito invadiendo


las cabezas muertas del espacio.




PANORAMA DE SOLEDAD


Porque amo tercamente el vaho gris de mi soledad


no puedes estar conmigo


porque nadie como yo ha sentido


el dulce peso de la muerte sobre los sueños


hacedora de los abismos de los siglos


que nada me dicen


que no me acompañan en el desvarío de las noches


en estas ganas absurdas de estar vivo


de merodear las vías de la existencia


de traspasar sus paredes


y estar solo nuevamente


completamente feliz


tendido en la arena del mundo


acariciando


siendo tocado por el frío viento de la realidad


aquella que me pasma


sus infinitos laberintos


aquella que no olvida su silencio


la tensa espera de su fuerza


que no me margina


que me busca en la oscuridad de las cosas


apartado


vigilante de las horas


del tiempo


del tiempo que pasa estéril


de lo vivido


viajero sin fin


sin más destino que el de la propia soledad


centinela del silencio


aquí estoy


hastiado en los pies del mundo


embriagado de su instinto


de su perversidad


nada me conmueve


aquí estoy


habitante de la nada


poblador de tierras baldías


en cuerpo y alma arrojado en los abismos sin luz


abandonado en la orilla


con la vida y la muerte sobre la espalda.




MUROS OSCUROS…LA ETERNIDAD


Porque tal vez hoy te encuentre


en este tránsito sin luz


con estas ganas de seguir golpeando las paredes


arañando las sombras


que se arrojan o huyen en las calles


que se parten a nuestros pasos


o girando alrededor de un poste


como un reloj que ha perdido el tiempo


y la mañana cae violenta sobre nuestros cuerpos


que nada buscan


o  buscan y nada encuentran


en esta ciudad del miedo


que te atrapa y te aniquila


en esta urbe atroz que sólo enseña a morir


o a ser violentos.


Y los años se precipitan torpemente a nuestras caras


a nuestras manos


y ya nos somos los mismos


tu fuerza no es la misma, todo es distinto.


La soledad se deposita en nuestras casas,


en los cuartos donde ya nadie espera:


el silencio y el vacío copulan interminablemente


todos los días.


Tendidos en la hierba de un parque


como muertos a los ojos del mundo


perdidos para siempre


poseídos por un extraño placer


donde no hay lugar


para amar la belleza que se destruye


la soledad que te late,


incontenible para el tiempo que transcurre...


Esta mañana acaso es distinta a la de ayer


a cualquier otra mañana en que embriagados


contemplábamos las cosas


la imposibilidad de vivir


de cara al sol


y bebíamos los días incansablemente


tendidos en la calle


sin nada ni nadie que entienda


estas ganas de seguir por inéditos mundos


de atravesar los muros oscuros de la eternidad


en donde los golpes ya no nos duelan


y el tiempo no exista.




NEGRO


Caes en la noche
áspera y redonda
entre sombras irresolutas de la calle
entregas tu cuerpo
a la alejada constelación de los faros,
como un lejano  rumor
desapareces,
miserable y torpe
tan solitariamente muerto
más allá de ti una parte de ti
desapareciendo
te hundes,
quiebras tus brazos,
tu mirada;
sin peso en las palabras,
nada hay a tu encuentro
nada que asalte
tu piel y te descubra
tan inútilmente callado
al borde de las ganas infinitas
de esconder el presagio,
el temor de ser,
nuevamente,
ese fantasma abandonado
inconcluso,
desperdiciado.


NN
TÚ el cobarde, el que siempre huye,
el que no ve a los ojos,
el humillado.
TÚ el animal salvaje que atravesaste
la ciudad sombría
con el temor perpetuo entre los dedos.
TÚ la bestia asesina de pobres indefensos,
el no deseado.
Tu lengua es asquerosa
como cínica sonrisa de tu alma
putrefacta.
TÚ cruzaste el río,
que no te fue dado
y lo bebiste;
te llevaste los campos, los arrasaste,
en tu loca huída.
TÚ el animal salvaje
el más cobarde;
odio tu desnudez,
el rito miserable,
el calor de tu sangre
¿pervertida?,
tu macabro olor,
el contacto de tu anguastia.
TÚ para quien nada fue hecho
al que todo fue prohibido.
TÚ l a pobre bestia despreciada,
la que nunca amó,
la olvidada,
la más mentirosa...
Tu cuerpo es esa moribunda playa
que no existe
y tu palabra es ese viento que no hay
sino en el desmesurado ritmo
del caos o en el helado estupor
del vacío.
Tu horror es el horror a tu propia contemplación
a la intensa soledad a la que fuiste desterrado
como una oración en un templo negro
y vacío o
a la perenne oscuridad
de las llamas de los deseos
que arden
por todo tu cuerpo intacto
por toda tu máscara
virgen.





VÍSPERA INASIBLE

La sombra de tu cuerpo es una noche
extraviada en el corazón oculto
de las paredes desiertas
en cuyo centro gira imperceptible
tu aliento de niebla.
De haberte encontrado no sería ahora,
mientras pueblas lo soledad de tus espacios,
ahora libres,
fuera de las cárceles salvajes,
fuera de tu bóveda espantosa y negra,
con toda la pureza de tu fuerza levantada
entre vientos imprecisos
caídos a tu cuerpo azul,
al fuego inquieto de tu alma
de lobo.
Tus manos encierran los bosques ignorados
los rastros todavía húmedos del tiempo
que abres tarde, pero dulcemente.
¿Entonces he de verte?
Descendiendo de lejos
con la lluvia apagada en tus párpados
de zafiro, de aire, de ave.
Tu locura no encontrada y
tu sed derramada sobre campos asolados
a cientos de distancias que nos separan
¿Reconoces mi voz?,
¿la presencia desesperada y opaca de mi cuerpo?,
¿la vieja y desnuda mirada
en tus horizontes verdaderos
o en tus sueños intactos?
La sombra de tu cuerpo es una noche
extraviada
en los suburbios apartados de la memoria,
en el rincón más remoto y vacío del olvido,
en el corazón oculto de las paredes desiertas.




IRREALIDAD


Porque sólo soy un oscuro cuerpo escondiéndose
un leve movimiento tardando en perderse inútilmente
una mirada vacía volviendo a perderse como las palabras
que no contemplo, las palabras que no digo
porque perteneces al cuerpo de la irrealidad
de un extraño sueño en el que puedo encontrarte
como quien ve el horizonte en el que permaneces
en la exacta dimensión de tus movimientos continuos
como olas marchándose de las manos de tus manos
reverberando nuevos presagios en el que soy
una inútil caída, un silencio prolongado en el acantilado
de una realidad olvidada y equívoca.
Y tú perteneces al reino de lo innombrable
aquel que fue creado sólo para pertenecerte
transfigurando los enigmas, los misterios sucesivos
sobre los cuerpos donde todo se vuelve lejano
como el límite de esta realidad que nos separa
que descubre los pasos ya dados, las imágenes construidas
en la oscuridad de nuestros actos que ya no son símbolos
para abolirse ni para sorprenderse
ni para oír cómo una estéril música posee
un mismo impulso, un solo discurso fluyendo
alternadamente frío como una tarde interrumpida
por una voz que reconocemos porque es verdadera
y cautiva nuestras últimas creencias,
la frágil comunión.
Tú posees el reino, los rasgos perfectos
jamás olvidados, el secreto de los abismos,
la revelación de los ritos propagándose como una certeza
implacable sobre las sombras inmóviles que nos acosan
y no es ajeno el brillo del paisaje que nos rodea
el brillo ineludible de nuestro corazón.


EXILIO

"Tomen nota:
Yo he soportado la tormenta,
he derrotado mi exilio"
Ezra Pound
Tienes la sed inmortal de las palabras,
la lengua inútil, los brazos blandos,
los ojos mansamente quebrados por las estaciones,
el canto negro del desemparo
lejos de los claros en la intemperie de los enajenados
en el dédalo de los que fortalecen el infierno
los que danzan sucios en la lluvia desnuda
contemplando el extravio de la niebla
el pavor estólido de los que nada son:
abandonados
Tienes el brillo incierto de las hogueras intranquilas
la carne acabada en el fondo como una mancha o escoria
apenas contemplada sobre el asfalto
en las calles entreabiertas como unas largas manos perdiéndose
sin pena ni gloria,
sólo el brillo de tu carne inmóvil
desmoronándose como un crepúsculo
en el temblor de una tarde pudriéndose cerca al mar
sin el último abrazo real, sin un rostro fijo
sino una multitud flotando despreciablemente,
adorablemente muertos
y nauseabundos.


PARTE II






 PROFECÍA

a Sarah Ellen


Ave nocturna has viajado

cándida y grandiosa como el rumor

de un viejo árbol

entre los vientos desesperados

Tersa y pura has flotado

Larga y silenciosa

Por las barcas fúnebres

De la desolación.

Ochenta años después has vuelto

Y nunca imaginaste que sería

En esta tierra, en esta tierra

De vivos y de muertos

Frente al mar,

Al sur de todos nuestros

encuentros.

Amo el color blanco de tus mejillas,

La espléndida pasión

De tu cuello desnudo,

La bondad amarilla de tus cabellos,

La profundidad del río rojo

De tus entrañas exploradas

A medianoche en Blackburn.

Loca y fiel discípula del amor

Te he esperado ebrio

Como un ángel sombrío.
COMUNION

Recorro el horizonte tus playas

he de encontrarte en la ternura

dormida tus aguas

reposar la fiebre de mis manos

en la honda espesura tus ansias.

Oye el intenso rumor del arrebato

en los tibios girasoles tu pecho

aleja de tu rostro y de tu cuerpo

la torpe presencia tus miedos
asoma la perfecta inquietud de tus labios

a la inexorable obscenidad de mis actos

que han de perderte

en la atrevida irrealidad

del desenfreno.


FANTASIA

Vuelve tus párpados hacia el fuego

Intacto, mi cuerpo.

Estoy aquí para encender

la brasa escondida tu templo,

apartaré de ti

los vacíos indiscretos,

besaré la dulce letanía

tus muslos y tu pecho,

el agua tus labios obscenos,

lentamente habré de descubrirte

en la densa tempestad

tu misterio.
APUNTES




PRIMER CANTO


Esta es la mañana

tus ojos han cruzado la aurora

el cielo aún azul
a pesar del invierno

te ha visto naufragar

en mis brazos.


SEGUNDO CANTO


Esta es la tarde,

estoy solo

en la profundidad del mar

de tu cuerpo

ausente.


TERCER CANTO

Esta noche

las estrellas

no existen

hoy

tú eres

la estrella.




PALABRAS

Hoy en la suave claridad del día
te digo:

extraño la sombra

tus palabras

que hacen luz

a esta soledad

que se prolonga

en mi piel

desértica

en mi piel mojada

por la lluvia,

por el mar,

que me abandona.




ESTRELLA


He vuelto a verte

en el instante preciso

que el cielo abrió

una estrella

sobre el mar

azul

que es tu cuerpo.

jueves, 24 de junio de 2010

EXILIO


"Tomen nota:
Yo he soportado la tormenta,
he derrotado mi exilio"
Ezra Pound


Tienes la sed inmortal de las palabras,
la lengua inútil, los brazos blandos,
los ojos mansamente quebrados por las estaciones,
el canto negro del desemparo
lejos de los claros en la intemperie de los enajenados
en el dédalo de los que fortalecen el infierno
los que danzan sucios en la lluvia desnuda
contemplando el extravio de la niebla
el pavor estólido de los que nada son:
abandonados
Tienes el brillo incierto de las hogueras intranquilas
la carne acabada en el fondo como una mancha o escoria
apenas contemplada sobre el asfalto
en las calles entreabiertas como unas largas manos perdiéndose
sin pena ni gloria,
sólo el brillo de tu carne inmóvil
desmoronándose como un crepúsculo
en el temblor de una tarde pudriéndose cerca al mar
sin el último abrazo real, sin un rostro fijo
sino una multitud flotando despreciablemente,
adorablemente muertos
y nauseabundos.


DETRÁS DEL MURO / TRAS LAS PAREDES


Porque tal vez hoy te encuentre
en este tránsito sin luz
con estas ganas de seguir golpeando las paredes
arañando las sombras
que se arrojan/ o huyen en las calles
que se parten a nuestros pasos
o girando alrededor de un poste
como un reloj que ha perdido el tiempo
y la mañana que cae violenta sobre nuestros cuerpos
que nada buscan
o que buscan y que nada encuentran
en esta ciudad del miedo
que te atrapa y te aniquila
en esta urbe atroz que sólo enseña a morir
o a ser violentos.
Y los años se precipitan torpemente a nuestras caras
a nuestras manos
y ya nos somos los mismos
tu fuerza no es la misma, todo es distinto.
La soledad se deposita en nuestras casas
en los cuartos donde ya nadie espera
el silencio y el vacío copulan interminablemente
todos los días.
Tendidos en la hierba de un parque
como muertos a los ojos del mundo
perdidos para siempre
poseídos por un extraño placer
en donde no hay lugar
para amar la belleza que se destruye
la soledad que te late,
incontenible para el tiempo que transcurre...
Esta mañana acaso es distinta a la de ayer
a cualquier otra mañana en que embriagados
contemplábamos las cosas
la imposibilidad de vivir/ de cara al Sol
y bebíamos los días incansablemente
tendidos en la calle
sin nada ni nadie que entienda
estas ganas de seguir por inéditos mundos
de atravesar los muros oscuros de la eternidad
en donde los golpes ya no nos duelan
y el tiempo no exista.



IRREALIDAD


Porque sólo soy un oscuro cuerpo escondiéndose
un leve movimiento tardando en perderse inútilmente
una mirada vacía volviendo a perderse como las palabras
que no contemplo, las palabras que no digo
porque perteneces al cuerpo de la irrealidad
de un extraño sueño en el que puedo encontrarte
como quien ve el horizonte en el que permaneces
en la exacta dimensión de tus movimientos continuos
como olas marchándose de las manos de tus manos
reverberando nuevos presagios en el que soy
una inútil caída, un silencio prolongado en el acantilado
de una realidad olvidada y equívoca.
Y tú perteneces al reino de lo innombrable
aquel que fue creado sólo para pertenecerte
transfigurando los enigmas, los misterios sucesivos
sobre los cuerpos donde todo se vuelve lejano
como el límite de esta realidad que nos separa
que descubre los pasos ya dados, las imágenes construidas
en la oscuridad de nuestros actos que ya no son símbolos
para abolirse ni para sorprenderse
ni para oír cómo una estéril música posee
un mismo impulso, un solo discurso fluyendo
alternadamente frío como una tarde interrumpida
por una voz que reconocemos porque es verdadera
y cautiva nuestras últimas creencias,
la frágil comunión.
Tú posees el reino, los rasgos perfectos
jamás olvidados, el secreto de los abismos,
la revelación de los ritos propagándose como una certeza
implacable sobre las sombras inmóviles que nos acosan
y no es ajeno el brillo del paisaje que nos rodea
el brillo ineludible de nuestro corazón.



CERTEZA


Como aquel que aguarda en el interior
alejado sencillamente de las palabras que inútilmente
sobrevuelan
un aire asfixiado y monótono imperecederamente
se desliza a puntillas e intenta
coger su cuerpo o parte de él que fijamente yace
como una tristísima roca
y no hay oleaje que lo golpee o fuego que lo consuma
ni menos tiempo que lo deteriore.

Y es así como permanece estático y nocturno
como una sombra hendida en el lomo abandonado
de algo que pudo ser distinto pero no sobrevivió
a sus huellas, al canto propicio de los pájaros;
pero esto no es nada más que lo aparente,
lo que erráticamente se cree al verlo
entre las sombras o bajo la luz inédita
de las mañanas que asaltan sus párpados cerrados
sus párpados abrasados por el verano
tienen intacta la belleza de los que imperturbablemente
habitan el silencio y poseen la angustia como quien
posee la certeza de vivir,
sin parecerlo.


MUERTE


Cuando un árbol se inclina adormecido
sobre un muro que se yergue antiguo y cansado
entre las luces difusas de la noche,
La memoria corre y desaparece al filo próximo
o se expande en la brea muerta de las calles inconexas
donde se percibe el destino natural de los que irrumpieron
la realidad o sólo oyen pavorosamente
el ruido nítido y salvaje de las ratas al perderse en las alcantarillas
de una ciudad que no es mía o entre las sombras
de un último peso transparente o caótico
como un puerto ardiendo entre las aguas
de un fétido resplandor donde sólo caen los que no cruzaron
los que no se atrevieron a ver los fantasmas del abandono,
los restos de un tiempo inferior zarpando
o acaso fluyendo sobre todas las cosas posibles
como un ejército maldito invadiendo
las cabezas muertas del espacio.


PERFORMANCE

No tengo corazón y he resucitado
mis ojos te ven, mis ojos te clavan ¡Oh cuerpo!
mis manos son largos paraísos donde no hay dioses,
ni edad, ni Sol demasiado lejos que corrompa nuestras entrañas;
ángeles perversos e imbéciles, no he muerto, no moriré
porque soy lo que niegas, lo que no quisiste ver, lo que no eres
y he regresado para saciar mi sed y devorar tu cuerpo
allá lejos entre las montañas sin oír tu voz, sin un grito espantado.
Te he contemplado y no eres más que una gran tristeza
rondando estas tierras, este único y solitario suelo
arrojándonos, partiéndonos desde el instante en que llegaste
a esta parte del horizonte o a este lado de mi cuerpo
que no te pertenece, que no te perteneció.
Inicio la batalla, te he derrotado y te doy muerte
ningún sueño pudo revelarte el día
ningún aire espeso anunció el final
ni este asalto implacable a tu rostro
nada pudo más penetrarte que este fuego salvaje
o este golpe seco en tu mirada donde nunca nos reconocimos.
Extraños animales de presa hemos caído sin olernos
sin saber de nosotros, sin tatuar nuestros pechos
o nuestros lomos, ninguna señal que nos uniera
sino esta infinita e inclemente sombra estallándonos.



PANORAMA DE SOLEDAD

Porque amo tercamente el vaho gris de mi soledad
no puedes estar conmigo
porque nadie como yo ha sentido
el dulce peso de la muerte sobre los sueños
hacedora de los abismos de los siglos
que nada me dicen
que no me acompañan en el desvarío de las noches
en estas ganas absurdas de estar vivo
de merodear las vías de la existencia
de traspasar sus paredes
y estar solo nuevamente
completamente feliz
tendido en la arena del mundo
acariciando
siendo tocado por el frío viento de la realidad
aquella que me pasma
sus infinitos laberintos
aquella que no olvida su silencio
la tensa espera de su fuerza
que no me margina
que me busca en la oscuridad de las cosas
apartado
vigilante de las horas
del tiempo
del tiempo que pasa estéril
de lo vivido
viajero sin fin
sin más destino que el de la propia soledad
centinela del silencio
aquí estoy
hastiado en los pies del mundo
embriagado de su instinto
de su perversidad
nada me conmueve
aquí estoy
habitante de la nada
poblador de tierras baldías
en cuerpo y alma arrojado en los abismos sin luz
abandonado en la orilla
con la vida y la muerte sobre la espalda.

poemas breves

PROFECÍA

A Sarah Ellen

Ave nocturna has viajado
cándida y grandiosa como el rumor
de un viejo árbol
entre los vientos desesperados,
tersa y pura has flotado
larga y silenciosa
por las barcas fúnebres
de la desolación.

Ochenta años después has vuelto
y nunca imaginaste que sería
en esta tierra en esta tierra
de vivos y de muertos,
frente al mar,
al sur de todos nuestros
encuentros.

Amo el color blanco de tus mejillas,
la espléndida pasión
de tu cuello desnudo,
la bondad amarilla de tus cabellos,
la profanidad del río rojo
de tus entrañas exploradas
a medianoche en Blackburn.

Loca y fiel discípula del amor,
te he esperado ebrio
como un ángel sombrío.


COMUNION

Recorro el horizonte de tus playas
he de encontrarte en la ternura
dormida de tus aguas
he de posar la fiebre de mis manos
en la honda espesura de tus ansias.
Oye el intenso rumor del arrebato
en los tibios girasoles de tu pecho
aleja de tu rostro y de tu cuerpo
la torpe presencia de tus miedos
asoma la perfecta inquietud de tus labios
a la inexorable obscenidad de mis actos
que han de perderte
en la atrevida irrealidad
del desenfreno.

FANTASIA

Vuelve tus párpados hacia el fuego
intacto de mi cuerpo.
Estoy aquí para encender
la brasa escondida de tu templo,
apartaré de ti
los vacíos indiscretos,
besaré la dulce letanía
de tus muslos y de tu pecho,
el agua de tus labios obscenos,
lentamente habré de descubrirte
en la densa tempestad
de tu misterio.


ESTRELLA

He vuelto a verte
en el instante preciso
que el cielo abrió
una estrella
sobre el mar
azul
que es tu cuerpo.


PRIMER CANTO


Esta es la mañana
tus ojos han cruzado la aurora
el cielo aún azul
a pesar del invierno
te ha visto naufragar
en mis brazos.


SEGUNDO CANTO

Esta es la tarde
estoy solo
en la profundidad del mar
de tu cuerpo
ausente.



TERCER CANTO
Esta noche
las estrellas
no existen
hoy
tú eres
la estrella.



PALABRAS

Hoy en la suave claridad del día
te digo:
extraño la sombra
de tus palabras
que hacen luz
a esta soledad
que se prolonga
en mi piel
desértica
en mi piel mojada
por la lluvia
por el mar
que me abandona.