miércoles, 22 de diciembre de 2010
Querido Rafael: que bueno que se juntaron y gracias a ti por tu concurso en la realizacion de este reencuentro, creo que eres el que mas empuja al grupo ahora, y en verdad como le dije a Kike hace ya un tiempo ustedes tienen una deuda con La Cantuta y con la juventud de ese tiempo , ustedes representaban ese fenomeno que venia acurriendo en la sociedad de Lima , representaban esa inconformidad y a los conflictos internos de los jovenes de ese tiempo ,y tambien representaban el sentir sentimental de muchos de nosotros, habia mucha confusion en un tiempo tan violento... a decir verdad extremadamente violento pero uno no se da cuenta de eso hasta que experimentas una vida diferente....a pesar de todo eso nunca dejaron de VIVIR con intensidad....los quiero un monton y ojala ya se animen a publicar, yo me pico cuando escucho tanto reconocimiento a Miguel Ildefonso , y digo Donde estan ustedes????? en verdad merecen se les reconosca, no se si leiste Historia personal de Miguel Ildefonso ahi habla de ustedes . Me siento muy orgulosa de ustedes y nadaron en tiempos de tormenta para venir a morir a la orilla..... pues no creo animo y buena suerte.....
jueves, 12 de agosto de 2010
ALGUNOS POEMAS Y APUNTES
ALGUNOS POEMAS Y APUNTES
PERFORMANCE
No tengo corazón y he resucitado
mis ojos te ven, mis ojos te clavan ¡Oh cuerpo!
mis manos son largos paraísos donde no hay dioses,
ni edad, ni Sol demasiado lejos que corrompa nuestras entrañas;
ángeles perversos e imbéciles, no he muerto, no moriré
porque soy lo que niegas, lo que no quisiste ver, lo que no eres
y he regresado para saciar mi sed y devorar tu cuerpo
allá lejos entre las montañas sin oír tu voz, sin un grito espantado.
Te he contemplado y no eres más que una gran tristeza
rondando estas tierras, este único y solitario suelo
arrojándonos, partiéndonos desde el instante en que llegaste
a esta parte del horizonte o a este lado de mi cuerpo
que no te pertenece, que no te perteneció.
Inicio la batalla, te he derrotado y te doy muerte
ningún sueño pudo revelarte el día
ningún aire espeso anunció el final
ni este asalto implacable a tu rostro
nada pudo más penetrarte que este fuego salvaje
o este golpe seco en tu mirada donde nunca nos reconocimos.
Extraños animales de presa hemos caído sin olernos
sin saber de nosotros, sin tatuar nuestros pechos
o nuestros lomos, ninguna señal que nos uniera
sino esta infinita e inclemente sombra estallándonos.
CERTEZA
Como aquel que aguarda en el interior
alejado sencillamente de las palabras que inútilmente
sobrevuelan
un aire asfixiado y monótono imperecederamente
se desliza a puntillas e intenta
coger su cuerpo o parte de él que fijamente yace
como una tristísima roca
y no hay oleaje que lo golpee o fuego que lo consuma
ni menos tiempo que lo deteriore.
Y es así como permanece estático y nocturno
como una sombra hendida en el lomo abandonado
de algo que pudo ser distinto pero no sobrevivió
a sus huellas, al canto propicio de los pájaros;
pero esto no es nada más que lo aparente,
lo que erráticamente se cree al verlo
entre las sombras o bajo la luz inédita
de las mañanas que asaltan sus párpados cerrados
sus párpados abrasados por el verano
tienen intacta la belleza de los que imperturbablemente
habitan el silencio y poseen la angustia como quien
posee la certeza de vivir,
sin parecerlo.
MUERTE
Cuando un árbol se inclina adormecido
sobre un muro que se yergue antiguo y cansado
entre las luces difusas de la noche,
La memoria corre y desaparece al filo próximo
o se expande en la brea muerta de las calles inconexas
donde se percibe el destino natural de los que irrumpieron
la realidad o sólo oyen pavorosamente
el ruido nítido y salvaje de las ratas al perderse en las alcantarillas
de una ciudad que no es mía o entre las sombras
de un último peso transparente o caótico
como un puerto ardiendo entre las aguas
de un fétido resplandor donde sólo caen los que no cruzaron
los que no se atrevieron a ver los fantasmas del abandono,
los restos de un tiempo inferior zarpando
o acaso fluyendo sobre todas las cosas posibles
como un ejército maldito invadiendo
las cabezas muertas del espacio.
PANORAMA DE SOLEDAD
Porque amo tercamente el vaho gris de mi soledad
no puedes estar conmigo
porque nadie como yo ha sentido
el dulce peso de la muerte sobre los sueños
hacedora de los abismos de los siglos
que nada me dicen
que no me acompañan en el desvarío de las noches
en estas ganas absurdas de estar vivo
de merodear las vías de la existencia
de traspasar sus paredes
y estar solo nuevamente
completamente feliz
tendido en la arena del mundo
acariciando
siendo tocado por el frío viento de la realidad
aquella que me pasma
sus infinitos laberintos
aquella que no olvida su silencio
la tensa espera de su fuerza
que no me margina
que me busca en la oscuridad de las cosas
apartado
vigilante de las horas
del tiempo
del tiempo que pasa estéril
de lo vivido
viajero sin fin
sin más destino que el de la propia soledad
centinela del silencio
aquí estoy
hastiado en los pies del mundo
embriagado de su instinto
de su perversidad
nada me conmueve
aquí estoy
habitante de la nada
poblador de tierras baldías
en cuerpo y alma arrojado en los abismos sin luz
abandonado en la orilla
con la vida y la muerte sobre la espalda.
MUROS OSCUROS…LA ETERNIDAD
Porque tal vez hoy te encuentre
en este tránsito sin luz
con estas ganas de seguir golpeando las paredes
arañando las sombras
que se arrojan o huyen en las calles
que se parten a nuestros pasos
o girando alrededor de un poste
como un reloj que ha perdido el tiempo
y la mañana cae violenta sobre nuestros cuerpos
que nada buscan
o buscan y nada encuentran
en esta ciudad del miedo
que te atrapa y te aniquila
en esta urbe atroz que sólo enseña a morir
o a ser violentos.
Y los años se precipitan torpemente a nuestras caras
a nuestras manos
y ya nos somos los mismos
tu fuerza no es la misma, todo es distinto.
La soledad se deposita en nuestras casas,
en los cuartos donde ya nadie espera:
el silencio y el vacío copulan interminablemente
todos los días.
Tendidos en la hierba de un parque
como muertos a los ojos del mundo
perdidos para siempre
poseídos por un extraño placer
donde no hay lugar
para amar la belleza que se destruye
la soledad que te late,
incontenible para el tiempo que transcurre...
Esta mañana acaso es distinta a la de ayer
a cualquier otra mañana en que embriagados
contemplábamos las cosas
la imposibilidad de vivir
de cara al sol
y bebíamos los días incansablemente
tendidos en la calle
sin nada ni nadie que entienda
estas ganas de seguir por inéditos mundos
de atravesar los muros oscuros de la eternidad
en donde los golpes ya no nos duelan
y el tiempo no exista.
NEGRO
Caes en la noche
áspera y redonda
entre sombras irresolutas de la calle
entregas tu cuerpo
a la alejada constelación de los faros,
como un lejano rumor
desapareces,
miserable y torpe
tan solitariamente muerto
más allá de ti una parte de ti
desapareciendo
te hundes,
quiebras tus brazos,
tu mirada;
sin peso en las palabras,
nada hay a tu encuentro
nada que asalte
tu piel y te descubra
tan inútilmente callado
al borde de las ganas infinitas
de esconder el presagio,
el temor de ser,
nuevamente,
ese fantasma abandonado
inconcluso,
desperdiciado.
NN
TÚ el cobarde, el que siempre huye,
el que no ve a los ojos,
el humillado.
TÚ el animal salvaje que atravesaste
la ciudad sombría
con el temor perpetuo entre los dedos.
TÚ la bestia asesina de pobres indefensos,
el no deseado.
Tu lengua es asquerosa
como cínica sonrisa de tu alma
putrefacta.
TÚ cruzaste el río,
que no te fue dado
y lo bebiste;
te llevaste los campos, los arrasaste,
en tu loca huída.
TÚ el animal salvaje
el más cobarde;
odio tu desnudez,
el rito miserable,
el calor de tu sangre
¿pervertida?,
tu macabro olor,
el contacto de tu anguastia.
TÚ para quien nada fue hecho
al que todo fue prohibido.
TÚ l a pobre bestia despreciada,
la que nunca amó,
la olvidada,
la más mentirosa...
Tu cuerpo es esa moribunda playa
que no existe
y tu palabra es ese viento que no hay
sino en el desmesurado ritmo
del caos o en el helado estupor
del vacío.
Tu horror es el horror a tu propia contemplación
a la intensa soledad a la que fuiste desterrado
como una oración en un templo negro
y vacío o
a la perenne oscuridad
de las llamas de los deseos
que arden
por todo tu cuerpo intacto
por toda tu máscara
virgen.
VÍSPERA INASIBLE
La sombra de tu cuerpo es una noche
extraviada en el corazón oculto
de las paredes desiertas
en cuyo centro gira imperceptible
tu aliento de niebla.
De haberte encontrado no sería ahora,
mientras pueblas lo soledad de tus espacios,
ahora libres,
fuera de las cárceles salvajes,
fuera de tu bóveda espantosa y negra,
con toda la pureza de tu fuerza levantada
entre vientos imprecisos
caídos a tu cuerpo azul,
al fuego inquieto de tu alma
de lobo.
Tus manos encierran los bosques ignorados
los rastros todavía húmedos del tiempo
que abres tarde, pero dulcemente.
¿Entonces he de verte?
Descendiendo de lejos
con la lluvia apagada en tus párpados
de zafiro, de aire, de ave.
Tu locura no encontrada y
tu sed derramada sobre campos asolados
a cientos de distancias que nos separan
¿Reconoces mi voz?,
¿la presencia desesperada y opaca de mi cuerpo?,
¿la vieja y desnuda mirada
en tus horizontes verdaderos
o en tus sueños intactos?
La sombra de tu cuerpo es una noche
extraviada
en los suburbios apartados de la memoria,
en el rincón más remoto y vacío del olvido,
en el corazón oculto de las paredes desiertas.
IRREALIDAD
Porque sólo soy un oscuro cuerpo escondiéndose
un leve movimiento tardando en perderse inútilmente
una mirada vacía volviendo a perderse como las palabras
que no contemplo, las palabras que no digo
porque perteneces al cuerpo de la irrealidad
de un extraño sueño en el que puedo encontrarte
como quien ve el horizonte en el que permaneces
en la exacta dimensión de tus movimientos continuos
como olas marchándose de las manos de tus manos
reverberando nuevos presagios en el que soy
una inútil caída, un silencio prolongado en el acantilado
de una realidad olvidada y equívoca.
Y tú perteneces al reino de lo innombrable
aquel que fue creado sólo para pertenecerte
transfigurando los enigmas, los misterios sucesivos
sobre los cuerpos donde todo se vuelve lejano
como el límite de esta realidad que nos separa
que descubre los pasos ya dados, las imágenes construidas
en la oscuridad de nuestros actos que ya no son símbolos
para abolirse ni para sorprenderse
ni para oír cómo una estéril música posee
un mismo impulso, un solo discurso fluyendo
alternadamente frío como una tarde interrumpida
por una voz que reconocemos porque es verdadera
y cautiva nuestras últimas creencias,
la frágil comunión.
Tú posees el reino, los rasgos perfectos
jamás olvidados, el secreto de los abismos,
la revelación de los ritos propagándose como una certeza
implacable sobre las sombras inmóviles que nos acosan
y no es ajeno el brillo del paisaje que nos rodea
el brillo ineludible de nuestro corazón.
EXILIO
"Tomen nota:
Yo he soportado la tormenta,
he derrotado mi exilio"
Ezra Pound
Tienes la sed inmortal de las palabras,
la lengua inútil, los brazos blandos,
los ojos mansamente quebrados por las estaciones,
el canto negro del desemparo
lejos de los claros en la intemperie de los enajenados
en el dédalo de los que fortalecen el infierno
los que danzan sucios en la lluvia desnuda
contemplando el extravio de la niebla
el pavor estólido de los que nada son:
abandonados
Tienes el brillo incierto de las hogueras intranquilas
la carne acabada en el fondo como una mancha o escoria
apenas contemplada sobre el asfalto
en las calles entreabiertas como unas largas manos perdiéndose
sin pena ni gloria,
sólo el brillo de tu carne inmóvil
desmoronándose como un crepúsculo
en el temblor de una tarde pudriéndose cerca al mar
sin el último abrazo real, sin un rostro fijo
sino una multitud flotando despreciablemente,
adorablemente muertos
y nauseabundos.
PARTE II
la lengua inútil, los brazos blandos,
los ojos mansamente quebrados por las estaciones,
el canto negro del desemparo
lejos de los claros en la intemperie de los enajenados
en el dédalo de los que fortalecen el infierno
los que danzan sucios en la lluvia desnuda
contemplando el extravio de la niebla
el pavor estólido de los que nada son:
abandonados
Tienes el brillo incierto de las hogueras intranquilas
la carne acabada en el fondo como una mancha o escoria
apenas contemplada sobre el asfalto
en las calles entreabiertas como unas largas manos perdiéndose
sin pena ni gloria,
sólo el brillo de tu carne inmóvil
desmoronándose como un crepúsculo
en el temblor de una tarde pudriéndose cerca al mar
sin el último abrazo real, sin un rostro fijo
sino una multitud flotando despreciablemente,
adorablemente muertos
y nauseabundos.
PARTE II
PROFECÍA
a Sarah Ellen
Ave nocturna has viajado
cándida y grandiosa como el rumor
de un viejo árbol
entre los vientos desesperados
Tersa y pura has flotado
Larga y silenciosa
Por las barcas fúnebres
De la desolación.
Ochenta años después has vuelto
Y nunca imaginaste que sería
En esta tierra, en esta tierra
De vivos y de muertos
Frente al mar,
Al sur de todos nuestros
encuentros.
Amo el color blanco de tus mejillas,
La espléndida pasión
De tu cuello desnudo,
La bondad amarilla de tus cabellos,
La profundidad del río rojo
De tus entrañas exploradas
A medianoche en Blackburn.
Loca y fiel discípula del amor
Te he esperado ebrio
Como un ángel sombrío.
a Sarah Ellen
Ave nocturna has viajado
cándida y grandiosa como el rumor
de un viejo árbol
entre los vientos desesperados
Tersa y pura has flotado
Larga y silenciosa
Por las barcas fúnebres
De la desolación.
Ochenta años después has vuelto
Y nunca imaginaste que sería
En esta tierra, en esta tierra
De vivos y de muertos
Frente al mar,
Al sur de todos nuestros
encuentros.
Amo el color blanco de tus mejillas,
La espléndida pasión
De tu cuello desnudo,
La bondad amarilla de tus cabellos,
La profundidad del río rojo
De tus entrañas exploradas
A medianoche en Blackburn.
Loca y fiel discípula del amor
Te he esperado ebrio
Como un ángel sombrío.
COMUNION
Recorro el horizonte tus playas
he de encontrarte en la ternura
dormida tus aguas
reposar la fiebre de mis manos
en la honda espesura tus ansias.
Oye el intenso rumor del arrebato
en los tibios girasoles tu pecho
aleja de tu rostro y de tu cuerpo
la torpe presencia tus miedos
Recorro el horizonte tus playas
he de encontrarte en la ternura
dormida tus aguas
reposar la fiebre de mis manos
en la honda espesura tus ansias.
Oye el intenso rumor del arrebato
en los tibios girasoles tu pecho
aleja de tu rostro y de tu cuerpo
la torpe presencia tus miedos
asoma la perfecta inquietud de tus labios
a la inexorable obscenidad de mis actos
que han de perderte
en la atrevida irrealidad
del desenfreno.
FANTASIA
Vuelve tus párpados hacia el fuego
Intacto, mi cuerpo.
Estoy aquí para encender
la brasa escondida tu templo,
apartaré de ti
los vacíos indiscretos,
besaré la dulce letanía
tus muslos y tu pecho,
el agua tus labios obscenos,
lentamente habré de descubrirte
en la densa tempestad
tu misterio.
a la inexorable obscenidad de mis actos
que han de perderte
en la atrevida irrealidad
del desenfreno.
FANTASIA
Vuelve tus párpados hacia el fuego
Intacto, mi cuerpo.
Estoy aquí para encender
la brasa escondida tu templo,
apartaré de ti
los vacíos indiscretos,
besaré la dulce letanía
tus muslos y tu pecho,
el agua tus labios obscenos,
lentamente habré de descubrirte
en la densa tempestad
tu misterio.
APUNTES
PRIMER CANTO
Esta es la mañana
tus ojos han cruzado la aurora
el cielo aún azul
PRIMER CANTO
Esta es la mañana
tus ojos han cruzado la aurora
el cielo aún azul
a pesar del invierno
te ha visto naufragar
en mis brazos.
SEGUNDO CANTO
Esta es la tarde,
estoy solo
en la profundidad del mar
de tu cuerpo
ausente.
TERCER CANTO
Esta noche
las estrellas
no existen
hoy
tú eres
la estrella.
PALABRAS
Hoy en la suave claridad del día
te ha visto naufragar
en mis brazos.
SEGUNDO CANTO
Esta es la tarde,
estoy solo
en la profundidad del mar
de tu cuerpo
ausente.
TERCER CANTO
Esta noche
las estrellas
no existen
hoy
tú eres
la estrella.
PALABRAS
Hoy en la suave claridad del día
te digo:
extraño la sombra
tus palabras
que hacen luz
a esta soledad
que se prolonga
en mi piel
desértica
en mi piel mojada
por la lluvia,
por el mar,
que me abandona.
ESTRELLA
He vuelto a verte
en el instante preciso
que el cielo abrió
una estrella
sobre el mar
azul
que es tu cuerpo.
extraño la sombra
tus palabras
que hacen luz
a esta soledad
que se prolonga
en mi piel
desértica
en mi piel mojada
por la lluvia,
por el mar,
que me abandona.
ESTRELLA
He vuelto a verte
en el instante preciso
que el cielo abrió
una estrella
sobre el mar
azul
que es tu cuerpo.
jueves, 24 de junio de 2010
EXILIO
"Tomen nota:
Yo he soportado la tormenta,
he derrotado mi exilio"
Ezra Pound
Tienes la sed inmortal de las palabras,
la lengua inútil, los brazos blandos,
los ojos mansamente quebrados por las estaciones,
el canto negro del desemparo
lejos de los claros en la intemperie de los enajenados
en el dédalo de los que fortalecen el infierno
los que danzan sucios en la lluvia desnuda
contemplando el extravio de la niebla
el pavor estólido de los que nada son:
abandonados
Tienes el brillo incierto de las hogueras intranquilas
la carne acabada en el fondo como una mancha o escoria
apenas contemplada sobre el asfalto
en las calles entreabiertas como unas largas manos perdiéndose
sin pena ni gloria,
sólo el brillo de tu carne inmóvil
desmoronándose como un crepúsculo
en el temblor de una tarde pudriéndose cerca al mar
sin el último abrazo real, sin un rostro fijo
sino una multitud flotando despreciablemente,
adorablemente muertos
y nauseabundos.
DETRÁS DEL MURO / TRAS LAS PAREDES
Porque tal vez hoy te encuentre
en este tránsito sin luz
con estas ganas de seguir golpeando las paredes
arañando las sombras
que se arrojan/ o huyen en las calles
que se parten a nuestros pasos
o girando alrededor de un poste
como un reloj que ha perdido el tiempo
y la mañana que cae violenta sobre nuestros cuerpos
que nada buscan
o que buscan y que nada encuentran
en esta ciudad del miedo
que te atrapa y te aniquila
en esta urbe atroz que sólo enseña a morir
o a ser violentos.
Y los años se precipitan torpemente a nuestras caras
a nuestras manos
y ya nos somos los mismos
tu fuerza no es la misma, todo es distinto.
La soledad se deposita en nuestras casas
en los cuartos donde ya nadie espera
el silencio y el vacío copulan interminablemente
todos los días.
Tendidos en la hierba de un parque
como muertos a los ojos del mundo
perdidos para siempre
poseídos por un extraño placer
en donde no hay lugar
para amar la belleza que se destruye
la soledad que te late,
incontenible para el tiempo que transcurre...
Esta mañana acaso es distinta a la de ayer
a cualquier otra mañana en que embriagados
contemplábamos las cosas
la imposibilidad de vivir/ de cara al Sol
y bebíamos los días incansablemente
tendidos en la calle
sin nada ni nadie que entienda
estas ganas de seguir por inéditos mundos
de atravesar los muros oscuros de la eternidad
en donde los golpes ya no nos duelan
y el tiempo no exista.
IRREALIDAD
Porque sólo soy un oscuro cuerpo escondiéndose
un leve movimiento tardando en perderse inútilmente
una mirada vacía volviendo a perderse como las palabras
que no contemplo, las palabras que no digo
porque perteneces al cuerpo de la irrealidad
de un extraño sueño en el que puedo encontrarte
como quien ve el horizonte en el que permaneces
en la exacta dimensión de tus movimientos continuos
como olas marchándose de las manos de tus manos
reverberando nuevos presagios en el que soy
una inútil caída, un silencio prolongado en el acantilado
de una realidad olvidada y equívoca.
Y tú perteneces al reino de lo innombrable
aquel que fue creado sólo para pertenecerte
transfigurando los enigmas, los misterios sucesivos
sobre los cuerpos donde todo se vuelve lejano
como el límite de esta realidad que nos separa
que descubre los pasos ya dados, las imágenes construidas
en la oscuridad de nuestros actos que ya no son símbolos
para abolirse ni para sorprenderse
ni para oír cómo una estéril música posee
un mismo impulso, un solo discurso fluyendo
alternadamente frío como una tarde interrumpida
por una voz que reconocemos porque es verdadera
y cautiva nuestras últimas creencias,
la frágil comunión.
Tú posees el reino, los rasgos perfectos
jamás olvidados, el secreto de los abismos,
la revelación de los ritos propagándose como una certeza
implacable sobre las sombras inmóviles que nos acosan
y no es ajeno el brillo del paisaje que nos rodea
el brillo ineludible de nuestro corazón.
CERTEZA
Como aquel que aguarda en el interior
alejado sencillamente de las palabras que inútilmente
sobrevuelan
un aire asfixiado y monótono imperecederamente
se desliza a puntillas e intenta
coger su cuerpo o parte de él que fijamente yace
como una tristísima roca
y no hay oleaje que lo golpee o fuego que lo consuma
ni menos tiempo que lo deteriore.
Y es así como permanece estático y nocturno
como una sombra hendida en el lomo abandonado
de algo que pudo ser distinto pero no sobrevivió
a sus huellas, al canto propicio de los pájaros;
pero esto no es nada más que lo aparente,
lo que erráticamente se cree al verlo
entre las sombras o bajo la luz inédita
de las mañanas que asaltan sus párpados cerrados
sus párpados abrasados por el verano
tienen intacta la belleza de los que imperturbablemente
habitan el silencio y poseen la angustia como quien
posee la certeza de vivir,
sin parecerlo.
MUERTE
Cuando un árbol se inclina adormecido
sobre un muro que se yergue antiguo y cansado
entre las luces difusas de la noche,
La memoria corre y desaparece al filo próximo
o se expande en la brea muerta de las calles inconexas
donde se percibe el destino natural de los que irrumpieron
la realidad o sólo oyen pavorosamente
el ruido nítido y salvaje de las ratas al perderse en las alcantarillas
de una ciudad que no es mía o entre las sombras
de un último peso transparente o caótico
como un puerto ardiendo entre las aguas
de un fétido resplandor donde sólo caen los que no cruzaron
los que no se atrevieron a ver los fantasmas del abandono,
los restos de un tiempo inferior zarpando
o acaso fluyendo sobre todas las cosas posibles
como un ejército maldito invadiendo
las cabezas muertas del espacio.
PERFORMANCE
No tengo corazón y he resucitado
mis ojos te ven, mis ojos te clavan ¡Oh cuerpo!
mis manos son largos paraísos donde no hay dioses,
ni edad, ni Sol demasiado lejos que corrompa nuestras entrañas;
ángeles perversos e imbéciles, no he muerto, no moriré
porque soy lo que niegas, lo que no quisiste ver, lo que no eres
y he regresado para saciar mi sed y devorar tu cuerpo
allá lejos entre las montañas sin oír tu voz, sin un grito espantado.
Te he contemplado y no eres más que una gran tristeza
rondando estas tierras, este único y solitario suelo
arrojándonos, partiéndonos desde el instante en que llegaste
a esta parte del horizonte o a este lado de mi cuerpo
que no te pertenece, que no te perteneció.
Inicio la batalla, te he derrotado y te doy muerte
ningún sueño pudo revelarte el día
ningún aire espeso anunció el final
ni este asalto implacable a tu rostro
nada pudo más penetrarte que este fuego salvaje
o este golpe seco en tu mirada donde nunca nos reconocimos.
Extraños animales de presa hemos caído sin olernos
sin saber de nosotros, sin tatuar nuestros pechos
o nuestros lomos, ninguna señal que nos uniera
sino esta infinita e inclemente sombra estallándonos.
PANORAMA DE SOLEDAD
Porque amo tercamente el vaho gris de mi soledad
no puedes estar conmigo
porque nadie como yo ha sentido
el dulce peso de la muerte sobre los sueños
hacedora de los abismos de los siglos
que nada me dicen
que no me acompañan en el desvarío de las noches
en estas ganas absurdas de estar vivo
de merodear las vías de la existencia
de traspasar sus paredes
y estar solo nuevamente
completamente feliz
tendido en la arena del mundo
acariciando
siendo tocado por el frío viento de la realidad
aquella que me pasma
sus infinitos laberintos
aquella que no olvida su silencio
la tensa espera de su fuerza
que no me margina
que me busca en la oscuridad de las cosas
apartado
vigilante de las horas
del tiempo
del tiempo que pasa estéril
de lo vivido
viajero sin fin
sin más destino que el de la propia soledad
centinela del silencio
aquí estoy
hastiado en los pies del mundo
embriagado de su instinto
de su perversidad
nada me conmueve
aquí estoy
habitante de la nada
poblador de tierras baldías
en cuerpo y alma arrojado en los abismos sin luz
abandonado en la orilla
con la vida y la muerte sobre la espalda.
"Tomen nota:
Yo he soportado la tormenta,
he derrotado mi exilio"
Ezra Pound
Tienes la sed inmortal de las palabras,
la lengua inútil, los brazos blandos,
los ojos mansamente quebrados por las estaciones,
el canto negro del desemparo
lejos de los claros en la intemperie de los enajenados
en el dédalo de los que fortalecen el infierno
los que danzan sucios en la lluvia desnuda
contemplando el extravio de la niebla
el pavor estólido de los que nada son:
abandonados
Tienes el brillo incierto de las hogueras intranquilas
la carne acabada en el fondo como una mancha o escoria
apenas contemplada sobre el asfalto
en las calles entreabiertas como unas largas manos perdiéndose
sin pena ni gloria,
sólo el brillo de tu carne inmóvil
desmoronándose como un crepúsculo
en el temblor de una tarde pudriéndose cerca al mar
sin el último abrazo real, sin un rostro fijo
sino una multitud flotando despreciablemente,
adorablemente muertos
y nauseabundos.
DETRÁS DEL MURO / TRAS LAS PAREDES
Porque tal vez hoy te encuentre
en este tránsito sin luz
con estas ganas de seguir golpeando las paredes
arañando las sombras
que se arrojan/ o huyen en las calles
que se parten a nuestros pasos
o girando alrededor de un poste
como un reloj que ha perdido el tiempo
y la mañana que cae violenta sobre nuestros cuerpos
que nada buscan
o que buscan y que nada encuentran
en esta ciudad del miedo
que te atrapa y te aniquila
en esta urbe atroz que sólo enseña a morir
o a ser violentos.
Y los años se precipitan torpemente a nuestras caras
a nuestras manos
y ya nos somos los mismos
tu fuerza no es la misma, todo es distinto.
La soledad se deposita en nuestras casas
en los cuartos donde ya nadie espera
el silencio y el vacío copulan interminablemente
todos los días.
Tendidos en la hierba de un parque
como muertos a los ojos del mundo
perdidos para siempre
poseídos por un extraño placer
en donde no hay lugar
para amar la belleza que se destruye
la soledad que te late,
incontenible para el tiempo que transcurre...
Esta mañana acaso es distinta a la de ayer
a cualquier otra mañana en que embriagados
contemplábamos las cosas
la imposibilidad de vivir/ de cara al Sol
y bebíamos los días incansablemente
tendidos en la calle
sin nada ni nadie que entienda
estas ganas de seguir por inéditos mundos
de atravesar los muros oscuros de la eternidad
en donde los golpes ya no nos duelan
y el tiempo no exista.
IRREALIDAD
Porque sólo soy un oscuro cuerpo escondiéndose
un leve movimiento tardando en perderse inútilmente
una mirada vacía volviendo a perderse como las palabras
que no contemplo, las palabras que no digo
porque perteneces al cuerpo de la irrealidad
de un extraño sueño en el que puedo encontrarte
como quien ve el horizonte en el que permaneces
en la exacta dimensión de tus movimientos continuos
como olas marchándose de las manos de tus manos
reverberando nuevos presagios en el que soy
una inútil caída, un silencio prolongado en el acantilado
de una realidad olvidada y equívoca.
Y tú perteneces al reino de lo innombrable
aquel que fue creado sólo para pertenecerte
transfigurando los enigmas, los misterios sucesivos
sobre los cuerpos donde todo se vuelve lejano
como el límite de esta realidad que nos separa
que descubre los pasos ya dados, las imágenes construidas
en la oscuridad de nuestros actos que ya no son símbolos
para abolirse ni para sorprenderse
ni para oír cómo una estéril música posee
un mismo impulso, un solo discurso fluyendo
alternadamente frío como una tarde interrumpida
por una voz que reconocemos porque es verdadera
y cautiva nuestras últimas creencias,
la frágil comunión.
Tú posees el reino, los rasgos perfectos
jamás olvidados, el secreto de los abismos,
la revelación de los ritos propagándose como una certeza
implacable sobre las sombras inmóviles que nos acosan
y no es ajeno el brillo del paisaje que nos rodea
el brillo ineludible de nuestro corazón.
CERTEZA
Como aquel que aguarda en el interior
alejado sencillamente de las palabras que inútilmente
sobrevuelan
un aire asfixiado y monótono imperecederamente
se desliza a puntillas e intenta
coger su cuerpo o parte de él que fijamente yace
como una tristísima roca
y no hay oleaje que lo golpee o fuego que lo consuma
ni menos tiempo que lo deteriore.
Y es así como permanece estático y nocturno
como una sombra hendida en el lomo abandonado
de algo que pudo ser distinto pero no sobrevivió
a sus huellas, al canto propicio de los pájaros;
pero esto no es nada más que lo aparente,
lo que erráticamente se cree al verlo
entre las sombras o bajo la luz inédita
de las mañanas que asaltan sus párpados cerrados
sus párpados abrasados por el verano
tienen intacta la belleza de los que imperturbablemente
habitan el silencio y poseen la angustia como quien
posee la certeza de vivir,
sin parecerlo.
MUERTE
Cuando un árbol se inclina adormecido
sobre un muro que se yergue antiguo y cansado
entre las luces difusas de la noche,
La memoria corre y desaparece al filo próximo
o se expande en la brea muerta de las calles inconexas
donde se percibe el destino natural de los que irrumpieron
la realidad o sólo oyen pavorosamente
el ruido nítido y salvaje de las ratas al perderse en las alcantarillas
de una ciudad que no es mía o entre las sombras
de un último peso transparente o caótico
como un puerto ardiendo entre las aguas
de un fétido resplandor donde sólo caen los que no cruzaron
los que no se atrevieron a ver los fantasmas del abandono,
los restos de un tiempo inferior zarpando
o acaso fluyendo sobre todas las cosas posibles
como un ejército maldito invadiendo
las cabezas muertas del espacio.
PERFORMANCE
No tengo corazón y he resucitado
mis ojos te ven, mis ojos te clavan ¡Oh cuerpo!
mis manos son largos paraísos donde no hay dioses,
ni edad, ni Sol demasiado lejos que corrompa nuestras entrañas;
ángeles perversos e imbéciles, no he muerto, no moriré
porque soy lo que niegas, lo que no quisiste ver, lo que no eres
y he regresado para saciar mi sed y devorar tu cuerpo
allá lejos entre las montañas sin oír tu voz, sin un grito espantado.
Te he contemplado y no eres más que una gran tristeza
rondando estas tierras, este único y solitario suelo
arrojándonos, partiéndonos desde el instante en que llegaste
a esta parte del horizonte o a este lado de mi cuerpo
que no te pertenece, que no te perteneció.
Inicio la batalla, te he derrotado y te doy muerte
ningún sueño pudo revelarte el día
ningún aire espeso anunció el final
ni este asalto implacable a tu rostro
nada pudo más penetrarte que este fuego salvaje
o este golpe seco en tu mirada donde nunca nos reconocimos.
Extraños animales de presa hemos caído sin olernos
sin saber de nosotros, sin tatuar nuestros pechos
o nuestros lomos, ninguna señal que nos uniera
sino esta infinita e inclemente sombra estallándonos.
PANORAMA DE SOLEDAD
Porque amo tercamente el vaho gris de mi soledad
no puedes estar conmigo
porque nadie como yo ha sentido
el dulce peso de la muerte sobre los sueños
hacedora de los abismos de los siglos
que nada me dicen
que no me acompañan en el desvarío de las noches
en estas ganas absurdas de estar vivo
de merodear las vías de la existencia
de traspasar sus paredes
y estar solo nuevamente
completamente feliz
tendido en la arena del mundo
acariciando
siendo tocado por el frío viento de la realidad
aquella que me pasma
sus infinitos laberintos
aquella que no olvida su silencio
la tensa espera de su fuerza
que no me margina
que me busca en la oscuridad de las cosas
apartado
vigilante de las horas
del tiempo
del tiempo que pasa estéril
de lo vivido
viajero sin fin
sin más destino que el de la propia soledad
centinela del silencio
aquí estoy
hastiado en los pies del mundo
embriagado de su instinto
de su perversidad
nada me conmueve
aquí estoy
habitante de la nada
poblador de tierras baldías
en cuerpo y alma arrojado en los abismos sin luz
abandonado en la orilla
con la vida y la muerte sobre la espalda.
poemas breves
PROFECÍA
A Sarah Ellen
Ave nocturna has viajado
cándida y grandiosa como el rumor
de un viejo árbol
entre los vientos desesperados,
tersa y pura has flotado
larga y silenciosa
por las barcas fúnebres
de la desolación.
Ochenta años después has vuelto
y nunca imaginaste que sería
en esta tierra en esta tierra
de vivos y de muertos,
frente al mar,
al sur de todos nuestros
encuentros.
Amo el color blanco de tus mejillas,
la espléndida pasión
de tu cuello desnudo,
la bondad amarilla de tus cabellos,
la profanidad del río rojo
de tus entrañas exploradas
a medianoche en Blackburn.
Loca y fiel discípula del amor,
te he esperado ebrio
como un ángel sombrío.
COMUNION
Recorro el horizonte de tus playas
he de encontrarte en la ternura
dormida de tus aguas
he de posar la fiebre de mis manos
en la honda espesura de tus ansias.
Oye el intenso rumor del arrebato
en los tibios girasoles de tu pecho
aleja de tu rostro y de tu cuerpo
la torpe presencia de tus miedos
asoma la perfecta inquietud de tus labios
a la inexorable obscenidad de mis actos
que han de perderte
en la atrevida irrealidad
del desenfreno.
FANTASIA
Vuelve tus párpados hacia el fuego
intacto de mi cuerpo.
Estoy aquí para encender
la brasa escondida de tu templo,
apartaré de ti
los vacíos indiscretos,
besaré la dulce letanía
de tus muslos y de tu pecho,
el agua de tus labios obscenos,
lentamente habré de descubrirte
en la densa tempestad
de tu misterio.
ESTRELLA
He vuelto a verte
en el instante preciso
que el cielo abrió
una estrella
sobre el mar
azul
que es tu cuerpo.
PRIMER CANTO
Esta es la mañana
tus ojos han cruzado la aurora
el cielo aún azul
a pesar del invierno
te ha visto naufragar
en mis brazos.
SEGUNDO CANTO
Esta es la tarde
estoy solo
en la profundidad del mar
de tu cuerpo
ausente.
TERCER CANTO
Esta noche
las estrellas
no existen
hoy
tú eres
la estrella.
PALABRAS
Hoy en la suave claridad del día
te digo:
extraño la sombra
de tus palabras
que hacen luz
a esta soledad
que se prolonga
en mi piel
desértica
en mi piel mojada
por la lluvia
por el mar
que me abandona.
A Sarah Ellen
Ave nocturna has viajado
cándida y grandiosa como el rumor
de un viejo árbol
entre los vientos desesperados,
tersa y pura has flotado
larga y silenciosa
por las barcas fúnebres
de la desolación.
Ochenta años después has vuelto
y nunca imaginaste que sería
en esta tierra en esta tierra
de vivos y de muertos,
frente al mar,
al sur de todos nuestros
encuentros.
Amo el color blanco de tus mejillas,
la espléndida pasión
de tu cuello desnudo,
la bondad amarilla de tus cabellos,
la profanidad del río rojo
de tus entrañas exploradas
a medianoche en Blackburn.
Loca y fiel discípula del amor,
te he esperado ebrio
como un ángel sombrío.
COMUNION
Recorro el horizonte de tus playas
he de encontrarte en la ternura
dormida de tus aguas
he de posar la fiebre de mis manos
en la honda espesura de tus ansias.
Oye el intenso rumor del arrebato
en los tibios girasoles de tu pecho
aleja de tu rostro y de tu cuerpo
la torpe presencia de tus miedos
asoma la perfecta inquietud de tus labios
a la inexorable obscenidad de mis actos
que han de perderte
en la atrevida irrealidad
del desenfreno.
FANTASIA
Vuelve tus párpados hacia el fuego
intacto de mi cuerpo.
Estoy aquí para encender
la brasa escondida de tu templo,
apartaré de ti
los vacíos indiscretos,
besaré la dulce letanía
de tus muslos y de tu pecho,
el agua de tus labios obscenos,
lentamente habré de descubrirte
en la densa tempestad
de tu misterio.
ESTRELLA
He vuelto a verte
en el instante preciso
que el cielo abrió
una estrella
sobre el mar
azul
que es tu cuerpo.
PRIMER CANTO
Esta es la mañana
tus ojos han cruzado la aurora
el cielo aún azul
a pesar del invierno
te ha visto naufragar
en mis brazos.
SEGUNDO CANTO
Esta es la tarde
estoy solo
en la profundidad del mar
de tu cuerpo
ausente.
TERCER CANTO
Esta noche
las estrellas
no existen
hoy
tú eres
la estrella.
PALABRAS
Hoy en la suave claridad del día
te digo:
extraño la sombra
de tus palabras
que hacen luz
a esta soledad
que se prolonga
en mi piel
desértica
en mi piel mojada
por la lluvia
por el mar
que me abandona.
jueves, 13 de mayo de 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)