PARTE I

REUNION DE POEMAS

domingo, 23 de enero de 2011


MEMORIA DE TU VOZ

Oigo tu voz que viene desde el mar
 distante y dolorosa atraviesa el malecón
 y el amarillo de tu cielo cae en el atardecer
 como ave en el paraíso desmoronado
 así tu voz desgajó mi cuerpo
 desnudo y callado estalló el vacío
 ante tus ojos que son un mar profundo
 que ahora viene con el eco de tu voz
 que cala el corazón, que cerca el camino
 de tu piel transparente,
 de mi piel huérfana de ti
 sobre el pavimento de las calles
 a ciegas y sin refugio
 ni el olor de la flor blanca que se abrió
 en tus manos, tus manos extendidas
 como líneas amarillas en el asfalto
 que tus pasos transitaron
 desorientados, dibujando los míos
 como quien ciego a la luz
 sigue el golpe de sus latidos,
 latidos que nos llevan por medio
 de la calle, calle que se abre
 como un río dorado en tus cabellos,
 cabellos que son un río dorado
 bajo el cielo velado de Lima.
 Así, solitarios transitamos
 sin que nos aniquile la incertidumbre
 y el temor de verte partir,
 lejana y sola.
 como ahora que atraviesas
por esas mismas calles:
tu cuerpo transparente
de Luna.
Luna que prendí
( y perdí)
en mi cuerpo,
 cuerpo aniquilado,
 desértico y sin paraíso.

RAFAEL HIDALGO




Ejercicio de la noche

Porque eres la noche oscura
que me cierra el camino
aquel que no atreví a cruzar,
alguna vez,
porque ahora eres el insomnio
que me tiene aquí
despierto a tus ojos,
aquellos que no pude ver.

Hoy solitario de ti,
en esta noche
que no eres tú, precisamente
aunque podrías …
extraño tu cuerpo
que mi corazón tomó
en sus manos.

Hoy en medio de la noche
mi cuerpo es un corazón
cerrado y muerto.
Y la noche más oscura aún
fragmentó el cielo,
rasgó mi piel,
mi piel que envuelta en ti
habitó ese preciso cielo
que se abrió tantas veces
en tus manos;
hoy, ajeno al calor de tu
cuerpo, en medio de esta noche
en la que no estás,
y yo, ausente de ti,
no pude atravesar la frontera,
ese hito imaginario que nos separa
y que pende frágil
como la vida y la muerte.

Así hoy me hallo,
pero no te hallo,
porque eres la noche oscura
y no precisamente
aquella que me cierra
el paso.
Porque en verdad, no eres
esa noche, sino el sueño
que en esa noche,
habita como un animal varado
en el desierto de tu nombre.
 RAFAEL HIDALGO














En la otra margen

Alejado de ti
a la otra orilla de tus ojos
ojos que no me quisieron ver más,
sino en la otra margen,
oscura imagen del olvido.
Desde aquí, no hay horizonte claro
ni sueño,
sueño que un  día fue abrazado
por nuestras manos
como quien acariciaba el paraíso
y las aves que alguna vez contemplé
en su vuelo alucinado,
concebían tu nombre.
Nombre que hoy me asalta
en la noche insomne
donde no hay más señal de ti,
señal que amé en el horizonte
de tu cuerpo.
Hoy, en la otra margen
que formé
a la orilla de tus ojos
que no me ven más,

tus ojos de aurora en medio
del fuego de su aura,
del fuego de tus palabras,


que dicen ahora, que nada existió,
palabras  que así de pronto
borraron el cielo,
palabras que  desaparecieron el mar,
el mar que alguna vez vimos perderse
en unas islas lejanas
islas  que alguna vez logramos alcanzar
en el verano.
Hoy  la oscuridad
de  la noche,
irrumpe mi cuerpo
ausente de ti,
desamparado e inerte de ti,
y entonces solo,
en medio de aquello
que ahora no es nada,
sobrevive

mísero, vacío,
callado,roto,
el vago recuerdo

de lo inexistente.
Rafael Hidalgo











EL ORGANILLERO
Al fondo,  un organillero inclinado  sobre la pesada caja de su tristeza,
detuvo el ritmo apacible de su melodía
y la soledad es la única música que ahora  desprende.
La tarde sobre él es una afligida sombra que lo detiene
en la pared blanca de su sueño.
Sus  largas manos dejaron de sonar mansamente
apoyadas en su caja de gris  esperanza,
apenas su rostro efímero  bajo un sombrero
hace sobria la melancolía y las lágrimas.
La calle solitaria como única compañía,
El organillero  detuvo sus pasos
en la blanca pared de tu cuarto
entonces, solo tus ojos de implacable ternura
pudieron en verdad detenerlo
y su música invisible empezó
su  más hermoso canto.
Rafael hidalgo